domingo, 30 de agosto de 2009


El tiene una sonrisa que me parece
me recuerda a las memorias de la niñez
donde todo era tan fresco como el brillante cielo azul. Entonces y ahora cuando veo su rostro
el me lleva a ese lugar especial y si miro mucho tiempo probablemente romperé a llorar.
Dulce niño mía. Dulce amor mío.
El tiene ojos de el cielo más azul como si hubieran pensado en la lluvia. Odio mirar en esos ojos y ver una onza de dolor. Su pelo me recuerda
a un cálido y seguro lugar donde como niño me ocultaría y rezaría por los truenos y la lluvia
hasta que llegara la tranquilidad.
Dulce niña mía. Dulce amor mío.
A donde vamos. A donde vamos ahora.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hasta y a donde vos quieras mi amor

F.